FACTORES DE RIESGO
Edad.
Los jóvenes y los ancianos tienen un mayor riesgo de complicaciones debido a la
inmadurez o al declive del estado fisiológico.
Nutrición.
Antes de la cirugía es necesario evaluar si el paciente mantiene una dieta
terapéutica y si hay factores que influyen en la ingesta de alimentos, tales
como la capacidad de masticar y tragar y la presencia de regurgitación después
de las comidas. Esto afecta a la elección de los alimentos y los líquidos
postoperatorios. Además, la reparación del tejido normal y la resistencia a la
infección dependen de los nutrientes adecuados.
Obesidad.
La obesidad aumenta el riesgo quirúrgico debido a la disminución de la función
ventilatoria y cardíaca.
Apnea
obstructiva del sueño. Los pacientes diagnosticados con AOS
tienen una mayor incidencia de complicaciones postoperatorias, y la
desaturación de oxígeno es la más frecuente.
Inmunodepresión.
Los pacientes con enfermedades que alteran la función inmune están en mayor
riesgo de desarrollar una infección después de la intervención.
Desequilibrio
hidroelectrolítico. El cuerpo responde a la cirugía en forma
de trauma. La grave degradación de las proteínas causa un balance negativo de
nitrógeno e hiperglucemia.
Embarazo.
En esta ocasión el plan de cuidados perioperatorio no se dirige a uno, sino a
dos pacientes: la madre y el feto en desarrollo. La paciente embarazada debe
someterse a cirugía sólo por una emergencia o causa urgente. Debido a que todos
los sistemas principales de la madre están alterados durante el embarazo, el
riesgo de complicaciones intraoperatorias aumenta. La anestesia general se
administra con precaución debido al aumento del riesgo de muerte fetal y parto
prematuro.
Historial
de medicamentos. La presencia de enfermedades
preexistentes, tales como hipertensión, insuficiencia renal, enfermedades
cardíacas, trastornos respiratorios y diabetes, aumenta el riesgo quirúrgico
del paciente. Si un paciente suele tomar medicamentos prescritos o de venta
libre, el médico o anestesista puede suspender temporalmente los medicamentos
antes de la cirugía o ajustar las dosis.
Alergias.
Es fundamental durante el período perioperatorio valorar la presencia de
alergias a medicamentos. También se debe valorar la alergia al látex, a
alimentos y de contacto (p. ej., a cinta, ungüentos o soluciones)
Hábito
tabáquico. El paciente que fuma está en mayor riesgo de
complicaciones pulmonares postoperatorias que un paciente no fumador.
Ingesta
de alcohol y abuso de sustancias. El consumo habitual de
alcohol y drogas ilegales predispone al paciente a reacciones adversas de los
anestésicos. Algunos pacientes experimentan una tolerancia cruzada a los
agentes anestésicos, por lo que requieren una dosis más alta de lo habitual.
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