FARMACOS CON IMPLICACIONES ESPECIALES EN EL PACIENTE QUIRURGICO

 Los fármacos y sus efectos durante la cirugía;

Antibióticos: Potencian la acción de los anestésicos. Los aminoglucósidos (gentamicina, neomicina, tobramicina) pueden causar depresión respiratoria leve secundaria a la disminución de la transmisión neuromuscular si se toman dentro de las 2 semanas previas a la cirugía.

Antiarrítmicos: Estos medicamentos (p. ej., betabloqueantes) pueden reducir la contractilidad cardíaca y deteriorar la función cardíaca durante la anestesia.

Anticoagulantes: Los medicamentos como la warfarina o la aspirina alteran los factores normales de coagulación y, por tanto, aumentan el riesgo de hemorragia. Se deben dejar de tomar por lo menos 48 horas antes de la cirugía.

Anticonvulsivos:  El uso a largo plazo de ciertos anticonvulsivos (p. ej., fenitoína y fenobarbital) altera el metabolismo de los anestésicos. 

Antihipertensivos: Los anestésicos interaccionan con los medicamentos antihipertensivos como los betabloqueantes y los bloqueadores de los canales del calcio causando bradicardia, hipotensión y problemas circulatorios. Inhiben la síntesis y el almacenamiento de noradrenalina en las terminaciones nerviosas simpáticas.

Corticoides:  Con el uso de corticoides como la prednisona de forma prolongada se produce atrofia suprarrenal, lo que reduce la capacidad del organismo para soportar el estrés. Antes y durante la cirugía, a menudo las dosis se aumentan temporalmente. 

Insulina: Los pacientes necesitan modificar la dosis de insulina después de la cirugía. La respuesta al estrés y la administración intravenosa (i.v.) de soluciones glucosadas suelen aumentar los requerimientos de dosificación después de la cirugía. La disminución de la ingesta nutricional a menudo disminuye los requerimientos de dicha dosificación. 

Diuréticos: Los diuréticos como la furosemida potencian los desequilibrios de electrólitos (especialmente potasio) después de la cirugía. 

Antiinflamatorios no esteroides: Los AINE (p. ej., el ibuprofeno) inhiben la agregación plaquetaria y prolongan el tiempo de sangrado, por lo que aumenta el riesgo de hemorragia postoperatoria. 

Terapias a base de hierbas: Jengibre, gingko, ginseng. Estas terapias a base de hierbas tienen la capacidad de afectar la actividad plaquetaria y aumentar el riesgo de hemorragia postoperatoria. El ginseng tomado junto a insulina aumenta el riesgo de hipoglucemia.

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